Arabia Saudí, el tanque petrolero mundial

La economía de Arabia Saudita se encuentra intrínsecamente vinculada al petróleo, siendo uno de los principales exportadores mundiales de crudo. Sus vastas reservas petroleras han impulsado el crecimiento económico y financiado extensos proyectos de infraestructura. Esta dependencia histórica en el petróleo ha otorgado a Arabia Saudita una posición influyente en los mercados energéticos globales. Sin embargo, consciente de la necesidad de diversificación, el país ha emprendido audaces iniciativas, como la "Visión2030", destinadas a transformar la economía, reducir la dependencia del petróleo y fomentar el desarrollo sostenible en sectores no petroleros. Este equilibrio entre tradición y transformación define la complejidad de la economía saudita

En Arabia Saudí, en la década de 1930, descubrimientos significativos de petróleo condujeron a acuerdos con empresas occidentales, sentando las bases para la expansión petrolera. La nacionalización gradual en los años 70 consolidó el control saudita sobre la industria. A través de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Arabia Saudita ha desempeñado un papel clave en la formación de políticas petroleras globales.

Problemas

Debido a la dependencia económica que tiene Arabia Saudí del petróleo, afronta un serie de adversidades que plantean solucionar con el plan anterior mencionado "Visión 2030". Es tal la dimensión que ocupa el petróleo en la economía nacional, que uno de los mayores problemas son las fluctuaciones que se producen en el precio del crudo. Las fluctuaciones en el mercado mundial pueden tener un impacto significativo en los ingresos del gobierno y en la estabilidad económica. Esto es mas grave de lo que parece pues, si el precio se abarata, los ingresos estatales se reducen, por ello se ven altamente afectados los presupuestos del Estado, que su vez influyen de forma directa negativamente a la balanza de pagos. Además el problema se traslada a la sociedad generando problemas que se deben a la demanda de altas cantidades de gasto publico para satisfacer las expectativas de la sociedad saudí.




Otro situación que presiona la economía saudí es la desigualdad entre los sectores ricos y pobres del país. La diferencia entre estas dos esferas se basa en el favoritismo del gobierno por unos, basando sus políticas en el desarrollo de ellos, como son: la industria petrolera, la financiera, el sector de la construcción e infraestructuras y el de la tecnología e innovación. La razón fundamental es la rentabilidad que aportan y la necesidad de sus aplicaciones.

Sin embargo la agricultura, las pequeñas empresas y startups, la educación y el turismo no se ven beneficiados de la predilección estatal. Algunas de las razones son las limitaciones climáticas hacia la agricultura, la presencia de empresas gigantes que dominan algún sector específico, la falta de habilidades especiales, el acceso limitado a financiación, y además, el efecto de la pandemia.

Otro dilema en los que se encuentra el país del golfo pérsico es el impacto ecológico principalmente relacionados con la industria petrolera, el uso intensivo del agua y la expansión urbana. La extracción, procesamiento y transporte de petróleo y gas natural conllevan riesgos ambientales, como derrames de petróleo y emisiones de gases de efecto invernadero. Además, Arabia Saudita utiliza grandes cantidades de agua para la agricultura, a pesar de estar ubicada en una región árida. La práctica de extracción de agua subterránea para la irrigación ha llevado a la disminución de los niveles de agua, lo que afecta negativamente a los ecosistemas locales, de la misma forma se practica la desalinización, que puede conllevar a arrojar productos químicos al mar. Asimismo, cómo se ha dicho antes, uno de los sectores favorecidos es el de la construcción, bien, pues como consecuencia del rápido crecimiento de las ciudades en Arabia Saudita se ha practicado la conversión de tierras naturales en áreas urbanas, lo que puede resultar en la pérdida de hábitats naturales y la fragmentación de ecosistemas.

Soluciones

No obstante, el rey de Arabia Saudí ha planteado en el seno del gobierno una serie de soluciones para paliar los efectos contrarios que se ejercen sobre la economía, la sociedad y el medioambiente.

En primer lugar, el Príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salman, se pronunció el 25 de abril de 2016 sobre un marco estratégico para reducir la dependencia de Arabia Saudita del petróleo, diversificar su economía y desarrollar sectores como salud, educación, infraestructura, recreación y turismo. Los objetivos estratégicos claves incluyen reforzar las actividades económicas y de inversión, aumentar el comercio de la industria no petrolera entre países y promover una imagen más moderada del Reino. Aunque también consiste en aumentar el gasto del gobierno en el ejército, así como en la fabricación de equipos y municiones.

La visión tiene 3 pilares principales: el estado del país como el "corazón de los mundos árabe e islámico", la determinación de convertirse en una potencia de inversión global, y finalmente transformar la ubicación del país en un centro que conecta 3 continentes.

En cuanto a las críticas, el informe de país del FMI sobre Arabia Saudita, lanzado unos meses después del anuncio de Visión 2030, explicaba que el déficit fiscal en la economía saudita de hecho continuaría reduciéndose en 2016. También afirmó que los recientes e importantes depósitos del gobierno en la Autoridad Monetaria de Arabia Saudita (SAMA) actuaron como amortiguadores de políticas para suavizar la transición que el plan está liderando.​ En 2016, el FMI advirtió públicamente que Arabia Saudita se arriesga a no tener más moneda de reserva extranjera dentro de un período de 5 años.​ En 2017, proyectó que los activos externos netos de SAMA continuarían disminuyendo, aunque se mantendrían en un "nivel cómodo". Se espera que el déficit fiscal continúe mejorando en los próximos años, y también señaló que los préstamos morosos se mantuvieron bajos, a pesar de un ligero aumento al 1.4 por ciento en 2017.

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Por otra parte, respecto a la reducción de los niveles de contaminación, el país, en el marco estratégico "Visión 2030" también ha expresado su interés en diversificar su matriz energética, que incluye objetivos ambiciosos para aumentar la capacidad de generación de energía renovable en el país. Se han anunciado proyectos de energía solar y eólica para reducir la dependencia del petróleo y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. El país se ha comprometido a trabajar hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Dada a su vez la escasez de agua en la región, se están implementando medidas para mejorar la eficiencia en el uso del agua, así como proyectos para la reutilización y tratamiento de aguas residuales. Además, se están explorando métodos para reducir la dependencia de la desalinización, que es un proceso intensivo en energía. También están trabajando en la creación y expansión de áreas protegidas para conservar la biodiversidad y los ecosistemas naturales.

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